mié 09 ago 2006 07:15:00 CEST
Paliza fatal dada a sindicalista surcoreano revela la falta de respeto de los derechos humanos fundamentales
A raíz de que la semana pasada muriera Ha Joong Keun, un huelguista que fuera golpeado a muerte por la policía antidisturbios, la CIOSL reclamó al gobierno coreano que evite que su fuerza policial utilice tácticas brutales para reprimir las huelgas.
Joong Keun, miembro de la Federación Coreana de Sindicatos de la Industria de la Construcción (Korean Federation of Construction Industry Unions - KFCITU), organización que está afiliada a la KCTU, a su vez afiliada a la CIOSL, era uno de los miles de trabajadores que el 16 de julio se adhirieron a una concentración en apoyo de la sentada pacífica que iniciaron compañeros de la construcción el 13 de julio en la sede de la acería Pohang (Pohang Steel Corporation - POSCO), cuarta productora mundial de acero.
Miles de policías antidisturbios rodearon la concentración y Ha Joong Keun fue uno de los trabajadores que fueron golpeados reiteradas veces con los escudos de la policía. Tras haber sido hospitalizado entró en coma y falleció a las 2,30 de la mañana del 1 de agosto.
"Le recordamos al gobierno de Corea del Sur que dentro de sus obligaciones internacionales se cuenta el deber de proteger el derecho de los trabajadores de hacer huelga, pertenecer a un sindicato y llevar a cabo negociaciones colectivas. La experiencia de la empresa POSCO muestra que el gobierno no solamente no cumple con sus obligaciones sino que utiliza deliberadamente a las fuerzas policiales para acabar con las huelgas de la manera más violenta posible", dijo Guy Ryder, Secretario General de la CIOSL.
"La tragedia que supone la muerte de Ha Joong Keun tiene lugar apenas transcurrido un año del fallecimiento de otro sindicalista, quien fue muerto durante una medida de fuerza debida a la utilización de esquiroles. Condenamos la utilización de violencia para resolver conflictos laborales y reclamamos que el gobierno ordene con urgencia que se lleve a cabo una investigación independiente sobre la muerte de Ha Joong Keun y que se haga responder de sus actos a los responsables", agregó Ryder.
La sentada tuvo lugar a raíz de las prolongadas negociaciones entre el sindicato y la empresa POSCO con respecto a los reclamos de los trabajadores de que se les conceda aumento salarial, una semana laboral de cinco días y el derecho de que se los trate con dignidad y respeto en el lugar de trabajo.
Los huelguistas hacen actualmente jornadas laborales de 8 a 10 horas sin francos semanales. Viven en condiciones indignas, disponiendo de solamente 7 baños para 3.000 trabajadores y no hay servicios de cantina. La tarea implica manipular sustancias químicas peligrosas y, a pesar de que en Corea del Sur es ilegal utilizar amianto, en las plantas de POSCO se sigue utilizando este mortífero material.
POSCO sostiene que, dado que sus trabajadores proceden de subcontratistas, no es responsable del bienestar del personal que trabaja en sus obras en construcción.
Ryder finalizó diciendo que "POSCO, que el año pasado tuvo US$6.000 millones de ganancia, bien puede sentarse a negociar condiciones de trabajo más humanas para su fuerza laboral".
La CIOSL está contemplando también la posibilidad de presentar este último incidente de represión antisindical ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT), dentro del marco de un expediente oficial de larga data que ha presentado contra el gobierno coreano.
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