Estimadas compañeras
Compartimos información sobre historico triunfo en la OIT. que aprobó, por votación, la elaboración de un convenio que regule el trabajo doméstico
Son avances logrados con la lucha y organización de las trabajadoras del Hogar, su sindicato, SINTRRAHOGAR en el Perú y el apoyo de las organizaciones sindicales de Perú, America Latina y otros continentes.
Saludamos los avances y nuestro apoyo para seguir trabajando.
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Subject: [asc-hsa] TUNUPA: TRABAJADORAS DEL HOGAR TENDRAN CONVENIO INTERNACIONAL
Histórico triunfo en la OIT
Trabajadoras del hogar tendrán Convenio Internacional
[Argentina 10/06/2010 - ACTA] Por Inés Farina*. La secretaria de Igualdad de Género y Oportunidades de la CTA, Alejandra Angriman, que participa de la Conferencia Internacional de Trabajo que se realiza en Ginebra anunció que se aprobó, por votación, la elaboración de un convenio que regule el trabajo doméstico. Para garantizar el tratamiento se movilizaron numerosas delegaciones sindicales de todos los países.
Con el convenio se busca proteger eficazmente a los trabajadores más vulnerables e infravalorados y avanzar en la erradicación del trabajo forzoso e infantil.
La decisión del Consejo de Administración de la OIT en el 2008 de incluir en el orden del día de la Conferencia Internacional de Trabajo de 2010 y de 2011 la cuestión del “Trabajo Decente para los trabajadores domésticos”, se tomó luego de los insistentes pedidos realizados durante más de 35 años de las organizaciones de mujeres trabajadoras del hogar de contar con una norma internacional. El movimiento sindical mundial apoyó de manera unánime la decisión de inscribir el tema y un gran número de gobiernos también (incluyendo el argentino). Por el contrario, los empleadores manifestaron sus reservas.
Alejandra Angriman afirmó que “se considera una oportunidad histórica para que sean consagrados y protegidos en la legislación los derechos fundamentales de un sector que hasta ahora se encuentra excluido expresamente de la normativa que protege al resto. Esperamos que el año que viene se concluya con un convenio complementado por una recomendación”, concluyó la representante de la CTA.
Por su parte, Marcelina Bautista, coordinadora de los trabajadores y trabajadoras del hogar de Latinoamerica expresó en el plenario de trabajadores que definía las estrategias para los debates que “necesitamos una ley justa para 100 millones de trabajadores que exigen ser parte de la sociedad. Vivimos en situación de explotación y abusos permanentes y tenemos una enorme expectativa en que el año que viene contemos con la legislación que vinimos a buscar”. “Uds. son nuestra esperanza”, finalizó Bautista.
Angriman calificó a estas jornadas iniciales como un “extraordinario triunfo y una jornada histórica” e informó que las resoluciones se dieron por votación nominal, forzada por el sector empleador y como corolario de larguísimas horas de discusiones entre miembros gubernamentales, trabajadores y empleadores. Finalmente se impuso la posición de contar con un Convenio por sobre la posición de la “recomendación” propuesta por los empleadores que insisten con vehemencia en sostener formas flexibles y no están dispuestos a tolerar regulación alguna.
Cabe destacar que en este caso, el gobierno argentino representado por la viceministra de trabajo Noemí Rial, apoyó la propuesta de la confección de un Convenio.
La representante nacional de la secretaría de Igualdad de Género y Oportunidades de la CTA advirtió que “el trabajo realizado en los hogares todavía en muchos países es concebido como un servicio que presta un criado a su amo, es un legado de la esclavitud que millones de trabajadores en el mundo padecen, una forma de servidumbre que requiere todos los esfuerzos para ponerle fin. Para ello hay que contar también con leyes, hay que regular el mundo del trabajo y revisar la normativa internacional que está en vigencia”.
Asimismo, Angriman aseguró que también hay que revisar las leyes internas de cada uno de los países “que muchas veces permiten que ninguna de estas formas de trabajo forzoso hayan desaparecido, todo lo contrario parecen seguir sumando nuevos adeptos, nuevas y perversas modalidades, contando con la desesperación de miles de seres humanos especialmente niños, mujeres y migrantes”, puntualizó.
En el mundo hay 100 millones de trabajadores y trabajadoras domésticas (1.200.000 en la Argentina, 5 millones en Brasil y en Namibia el 10% de los trabajadores son domésticos) de los cuales la mayoría son mujeres y niñas, migrantes, indígenas e indocumentadas.
El debate en la Conferencia Internacional de Trabajo durará dos semanas más durante las cuales se discutirá los puntos del Convenio.
* Equipo de Comunicación de la Secretaria de Género e Igualdad de Oportunidades de la CTA.
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sábado, junio 12, 2010
jueves, enero 15, 2009
GUIA SINDICAL PARA LA PREVENCION DE RIESGOS PARA LA REPRODUCCION, EL EMBARAZO Y LA LACTANCIA
GUIA SINDICAL PARA LA PREVENCION DE RIESGO PARA LA REPRODUCCION, EL EMBARAZO Y LA LACTANCIA.
http://www.ila.org.pe/publicaciones/docs/guia-maternidad-2da-edicion.pdf
http://www.ila.org.pe/publicaciones/docs/guia-maternidad-2da-edicion.pdf
Publicado por
Teresa
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jueves, enero 15, 2009
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sábado, agosto 26, 2006
España: Vetado el trabajo a las obesas
mié 23 ago 2006 07:15:00 CEST
Vetado el trabajo a las obesas
UGT de Lleida denuncia diez casos de discriminación a mujeres por su aspecto físico
Los cánones de belleza imperantes en las pasarelas de moda han calado entre el mundo empresarial, que, al menos en casos como el comercio o la hostelería, discrimina a las mujeres por su aspecto físico a la hora de contratar. Así lo denuncia UGT de Lleida, que ha detectado un incremento de casos de mujeres a las que se ha negado un empleo por su sobrepeso
Pilar (el nombre es supuesto) pidió trabajo en un restaurante que buscaba camareras. Cuando el responsable del local la vio le dijo que estaba demasiado gorda para moverse entre las mesas. No le dieron el empleo. Pilar, de 27 años, ha acabado trabajando en la cocina de otro restaurante. Carmen (el nombre también es ficticio), de 19 años, soñaba con un trabajo de cara al público. Vio un cartel en una tienda de ropa de la calle Major de Lleida en el que se anunciaba que hacía falta una dependienta y se ofreció para ocupar ese puesto. Tampoco se lo dieron. La razón: su sobrepeso. Ahora trabaja en una envasadora de fruta.
Los casos de Pilar y Carmen no son aislados. Rosa Palau, secretaria general de UGT de Lleida, acaba de hacer público que en el último año ha conocido una decena de casos de mujeres a las que se ha vetado un puesto de trabajo por su aspecto físico. "Esto es un delito, una clara discriminación que atenta contra los derechos de esas trabajadoras", afirma Palau. "Lo más grave es que las personas que rechazaron a esas mujeres no tuvieron ningún reparo a la hora de informar a las candidatas del motivo por el que no se les dio ese empleo", critica la dirigente sindical.
El problema es que las mujeres víctimas de esta situación no quieren llevar el caso a los tribunales. "En la mayoría de los casos, las trabajadoras sufren un auténtico drama, al quedar por los suelos su autoestima, y temen denunciarlo porque creen que si hacen pública esa discriminación aún les va a resultar más difícil encontrar un empleo". En el caso de Carmen, la joven es plenamente consciente de su problema con el peso, "pero lo que no atinaba a entender es que eso pudiese ser un impedimento para trabajar como dependienta en una tienda de ropa", añade la responsable de UGT.
La mayoría de los casos se da en el sector del comercio y, principalmente, con las grandes cadenas o franquicias. Palau ha llegado a la conclusión de que algunas de estas empresas lo tienen muy claro a la hora de seleccionar a su personal: "Joven, bonita y barata". Una condición que choca en una sociedad cada vez más obesa.
Rosa Palau es plenamente consciente de que esta discriminación por el físico ha existido siempre. La dirigente sindical opina, sin embargo, que esta situación ha podido empeorar en los últimos años por los cánones establecidos en las pasarelas de moda. "Ahora triunfa la talla treinta y cuatro y parece que aquellas mujeres que no son delgadas y bonitas no tienen derecho a trabajar".
En la mayoría de los casos que han llegado hasta los despachos de UGT de Lleida quedó claro que las aptitudes de las candidatas rechazadas no se tuvieron en cuenta y ni tan siquiera se dio a estas mujeres la posibilidad de probar su valía. "La situación es preocupante - alerta Palau- y la existencia de esta decena de casos del último año nos hace pensar que hay otras muchas mujeres que sufren en silencio esta discriminación y que el mundo laboral está vetando las posibilidades de trabajar a las empleadas obesas o poco agraciadas".
Rosa Palau asegura que no puede hacer otra cosa que explicar estos casos para llegar hasta la conciencia de esos empresarios que prefieren una trabajadora bonita pero con menos aptitudes para trabajar que una mujer gorda pero con una mayor capacidad para el empleo que se oferta. "Las trabajadoras deben ser valoradas por su capacidad, formación y conocimientos, y el aspecto físico debería ser un factor secundario", opina la dirigente sindical. Palau no niega que la imagen externa deba tenerse en cuenta a la hora de ofrecerle un contrato, pero eso, advierte, "no hay que confundirlo con la exigencia de que las trabajadoras tengan un cuerpo de pasarela para ganar puntos al optar a un empleo".
Una situación similar a la padecida por estas jóvenes con sobrepeso se ha empezado a dar también, anuncia Palau, en trabajadoras de más de cuarenta años. "Hemos recibido denuncias de mujeres que se han sentido discriminadas a la hora de optar a un empleo de cara al público porque su imagen no se corresponde con lo que busca el empresario", concluye.
La Vanguardia
Vetado el trabajo a las obesas
UGT de Lleida denuncia diez casos de discriminación a mujeres por su aspecto físico
Los cánones de belleza imperantes en las pasarelas de moda han calado entre el mundo empresarial, que, al menos en casos como el comercio o la hostelería, discrimina a las mujeres por su aspecto físico a la hora de contratar. Así lo denuncia UGT de Lleida, que ha detectado un incremento de casos de mujeres a las que se ha negado un empleo por su sobrepeso
Pilar (el nombre es supuesto) pidió trabajo en un restaurante que buscaba camareras. Cuando el responsable del local la vio le dijo que estaba demasiado gorda para moverse entre las mesas. No le dieron el empleo. Pilar, de 27 años, ha acabado trabajando en la cocina de otro restaurante. Carmen (el nombre también es ficticio), de 19 años, soñaba con un trabajo de cara al público. Vio un cartel en una tienda de ropa de la calle Major de Lleida en el que se anunciaba que hacía falta una dependienta y se ofreció para ocupar ese puesto. Tampoco se lo dieron. La razón: su sobrepeso. Ahora trabaja en una envasadora de fruta.
Los casos de Pilar y Carmen no son aislados. Rosa Palau, secretaria general de UGT de Lleida, acaba de hacer público que en el último año ha conocido una decena de casos de mujeres a las que se ha vetado un puesto de trabajo por su aspecto físico. "Esto es un delito, una clara discriminación que atenta contra los derechos de esas trabajadoras", afirma Palau. "Lo más grave es que las personas que rechazaron a esas mujeres no tuvieron ningún reparo a la hora de informar a las candidatas del motivo por el que no se les dio ese empleo", critica la dirigente sindical.
El problema es que las mujeres víctimas de esta situación no quieren llevar el caso a los tribunales. "En la mayoría de los casos, las trabajadoras sufren un auténtico drama, al quedar por los suelos su autoestima, y temen denunciarlo porque creen que si hacen pública esa discriminación aún les va a resultar más difícil encontrar un empleo". En el caso de Carmen, la joven es plenamente consciente de su problema con el peso, "pero lo que no atinaba a entender es que eso pudiese ser un impedimento para trabajar como dependienta en una tienda de ropa", añade la responsable de UGT.
La mayoría de los casos se da en el sector del comercio y, principalmente, con las grandes cadenas o franquicias. Palau ha llegado a la conclusión de que algunas de estas empresas lo tienen muy claro a la hora de seleccionar a su personal: "Joven, bonita y barata". Una condición que choca en una sociedad cada vez más obesa.
Rosa Palau es plenamente consciente de que esta discriminación por el físico ha existido siempre. La dirigente sindical opina, sin embargo, que esta situación ha podido empeorar en los últimos años por los cánones establecidos en las pasarelas de moda. "Ahora triunfa la talla treinta y cuatro y parece que aquellas mujeres que no son delgadas y bonitas no tienen derecho a trabajar".
En la mayoría de los casos que han llegado hasta los despachos de UGT de Lleida quedó claro que las aptitudes de las candidatas rechazadas no se tuvieron en cuenta y ni tan siquiera se dio a estas mujeres la posibilidad de probar su valía. "La situación es preocupante - alerta Palau- y la existencia de esta decena de casos del último año nos hace pensar que hay otras muchas mujeres que sufren en silencio esta discriminación y que el mundo laboral está vetando las posibilidades de trabajar a las empleadas obesas o poco agraciadas".
Rosa Palau asegura que no puede hacer otra cosa que explicar estos casos para llegar hasta la conciencia de esos empresarios que prefieren una trabajadora bonita pero con menos aptitudes para trabajar que una mujer gorda pero con una mayor capacidad para el empleo que se oferta. "Las trabajadoras deben ser valoradas por su capacidad, formación y conocimientos, y el aspecto físico debería ser un factor secundario", opina la dirigente sindical. Palau no niega que la imagen externa deba tenerse en cuenta a la hora de ofrecerle un contrato, pero eso, advierte, "no hay que confundirlo con la exigencia de que las trabajadoras tengan un cuerpo de pasarela para ganar puntos al optar a un empleo".
Una situación similar a la padecida por estas jóvenes con sobrepeso se ha empezado a dar también, anuncia Palau, en trabajadoras de más de cuarenta años. "Hemos recibido denuncias de mujeres que se han sentido discriminadas a la hora de optar a un empleo de cara al público porque su imagen no se corresponde con lo que busca el empresario", concluye.
La Vanguardia
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